De acuerdo con el nuevo estudio de IBM, Posea su propia transformación, el 61% de los líderes logísticos en México ve la disrupción en la cadena de suministro como el mayor desafío para sus organizaciones en los próximos dos o tres años.
Ante esto, las empresas están invirtiendo y enfocándose en la digitalización de sus cadenas de suministro como una solución para hacerle frente a las disrupciones.
El 42% de los ejecutivos mexicanos encuestados reaccionó a las disrupciones de la cadena de suministro introduciendo nuevas tecnologías, como la automatización, el 55% está aplicando la innovación abierta en los negocios y el 53% incorporó un enfoque centrado en los clientes en todos los flujos de trabajo de las operaciones de la cadena de suministro, como una forma de gestionar los riesgos.
“En general, el estudio revela que los ejecutivos responsables de las cadenas de suministro están reconsiderando sus operaciones con base en los desafíos que surgieron en la pandemia de COVID-19, a los que se suman al actual escenario de inflación, el cambio climático y los eventos geopolíticos", dijo Jordi Ballesteros, director general de IBM Consulting en México.
También cabe añadir que el Internet de las cosas (61%), la Inteligencia Artificial (IA), así como el aprendizaje automático (machine learning) (55%) y la nube híbrida (45%), son las tecnologías que los líderes encuestados consideran que les ayudarán más en sus resultados de los próximos tres años.
Por otra parte, los encuestados señalaron a la diversidad e inclusión (50%) y la sostenibilidad (34%) como otros de los desafíos clave para las cadenas de suministro en los próximos años.
El estudio, que contó con la participación de mil 500 directores de Cadenas de Suministro (CSCO, por sus siglas en inglés), arrojó que el 45% coloca a la sostenibilidad en su lista de prioridades y el 34% la ve como uno de los mayores retos para los próximos tres años.
En este sentido, el 39% informó que sus inversiones en sostenibilidad acelerarán el crecimiento del negocio y que experimentan la presión más directa para la transparencia de la sostenibilidad por parte de gobiernos y reguladores (55%), inversores (53%) y clientes (50%).
Fuente: T21