Hasta hace algunos años, la industria automotriz había gozado de una sana cadena de suministro, todo funcionaba a la perfección, la fabricación de autos incluso se veía incrementada por la gran demanda de compradores a nivel mundial; así es que los fabricantes, proveedores y logística de transporte de contenedores, principalmente para la entrega de autos, funcionó muy bien hasta antes de la pandemia. Pero todo esto sucedía antes del covid-19, una pandemia que todavía no termina y que precisamente rompió esta armonía en la cadena de suministro que por muchos años funcionó a la perfección. Ahora, lo que persiste es la escasez de autos nuevos a nivel mundial, no sólo en México como algunos piensan. Cuando llegó la pandemia del covid-19 todos se resguardaron en sus casas, las fábricas de componentes y armadoras automotrices hicieron lo propio. Desde ahí comenzó a agravarse el problema, ya que la gente en sus casas empezó a consumir más de lo normal, televisores, computadoras, teléfonos celulares, videojuegos, iPads, etcétera, por lo que los semiconductores o microchips se ocuparon en gran medida para este tipo de componentes, dejando a un lado la producción para la industria automotriz. Cuando comenzaron a relajarse las cuarentenas y cierres de fábricas, la industria automotriz se reactivó al 100 por ciento e incluso más de lo normal, puesto que ya existía una larga lista de compradores que estaban esperando para la compra de un automóvil.
Esto ha provocado que el precio de los autos nuevos (si es que se encuentran en las agencias) suban de precio. Cifras oficiales indican que se dejaron de fabricar cerca de 8 millones de vehículos a nivel mundial, pero expertos dicen que esta cifra podría alcanzar las 10 millones de unidades, lo que representa una pérdida de miles de millones de dólares. Aunado a esto, se suma la falta de transporte marítimo y terrestre para movilizar los vehículos, otro factor que también causa retrasos y aumento en el costo de los automóviles y que a final de cuentas termina pagando precisamente el consumidor, pero también las marcas automotrices han dejado de fabricar ciertos modelos, enfocándose en productos que les dejan más dividendos como los de lujo o los SUV. ¿Qué sucede con los seminuevos? A la par de la problemática de los vehículos nuevos, surge una oportunidad muy buena de negocio para los vehículos seminuevos, algo que no se tenía contemplado, ya que este tipo de productos después de salir de la agencia sufren una depreciación, que dependiendo el producto puede ir desde 15 hasta 25 por ciento del valor de factura. Ahora lo que está sucediendo es que este tipo de vehículos usados o seminuevos se están revaluando, a tal grado que compañías que se dedican a la compra venta de vehículos seminuevos han visto un repunte este tipo de negocio, que por lo que se ve, seguirá por algunos meses más. La recomendación es precisamente que no se desespere para la compra de un vehículo, espere hasta que esté seguro que está en la agencia y que se lo pueden entregar en la fecha indicada, también cheque ahora en cuanto puede usted vender su auto usado o seminuevo, porque los precios en el mercado están cambiando día a día. Piense muy bien su compra antes de apartar o hacer un compromiso. En promedio los autos nuevos subirán entre 10 y 15 por ciento este año; México, por ejemplo, es el cuarto exportador mundial de autos y el séptimo productor. Exporta 80 por ciento de su producción y tiene el liderazgo en la industria automotriz de América Latina.
Fuente: Milenio