A medida que se prolonga el confinamiento en Shanghái y aumentan las restricciones en Beijing y otros puntos de China, la disponibilidad de exportaciones sigue siendo un factor importante que afecta a los flujos comerciales. Aunque las autoridades están tratando de reactivar la producción, la fabricación se continúa arrastrando. Y con la capacidad de transporte por carretera de la ciudad reducida en un 45 %, es difícil llevar materiales importados de los puertos a las fábricas o envíos disponibles de las fábricas a los puertos.

Si bien algunas ciudades de China, incluida Guangzhou, están aminorando las restricciones sanitarias, el aumento de casos de COVID en Beijing está generando temores de que la capital china y otras ciudades puedan unirse a Shanghai, Suzhou y otras ciudades importantes en los bloqueos. Varios distritos de Hangzhou, sede del gigante del e-commerce Alibaba, comenzaron el confinamiento el 23 de abril, y se realizaron pruebas masivas durante tres días.

De acuerdo con Freightos Baltic Index  (FBX) este panorama ha llevado a una caída estimada del 20-30% en los volúmenes de exportación desde Shanghái desde que comenzó a aplicarse el confinamiento, mientras que los buques tardan dos día en promedio en ser atendidos , frente a las 12 horas antes del confinamiento; sin embargo, ese registro sigue siendo más bajo que los 3 días de espera durante la temporada alta del año pasado.

La Alianza (ONE, Hapag-Lloyd y Yang Ming) canceló 36 recaladas a Shanghái hasta el 14 de abril. El confinamiento también ha provocado una escasez significativa de contenedores de 40 pies y el desvío de contenedores de 20 pies a otros puertos chinos. Muchas líneas navieras, incluidas Maersk, ONE, Hapag-Lloyd, Mediterranean Shipping Co. y CMA CGM, han suspendido la aceptación de cargas refrigerados y peligrosas en Shanghái, debido a la insuficiencia de espacio de almacenamiento en el puerto de Shanghái para contenedores especializados.

No obstante, con los terminales aún abiertos en Shanghái, muchos buques aún continúan arribando. Como factor positivo se puede mencionar que la cantidad diaria de naves que esperan un sitio de atraque ha disminuido desde que comenzó el cierre hace casi cuatro semanas y hay una congestión limitada por la carga redirigida en otros puertos. En Ningbo, por esta causa, los volúmenes han aumentado un 14% y la congestión ha empeorado.

Un factor de preocupación es que se desconoce la cantidad de carga diferida que se acumula en los centros de almacenamiento o la que producirán las fábricas que trabajan horas extra para compensar el tiempo perdido. Una razón clave por la que la carga no se acumula en el puerto  de Shanghái es que la gran mayoría de los conductores de camiones no pueden moverse libremente y realizar entregas en las terminales marítimas.

La consecuente disminución de las exportaciones disponibles es un factor en la disminución de las tarifas marítimas desde el confinamiento. De hecho, en la ruta Transpacífico han caído un 5-7% desde mediados de marzo, y las tarifas Asia-Europa han bajado casi un 20% a US$$10.836/FEU- el nivel más bajo desde junio- aunque en ambos carriles siguen siendo extremadamente elevadas en comparación con los niveles previos a la pandemia, según FBX.

Factor estacional  en las tarifas

El período entre el Año Nuevo Lunar y la temporada alta suele ser lento en el transporte marítimo, por lo que la estacionalidad podría ser un factor que contribuya a la caída más dramática en las tarifas de Asia-Europa, ya que las tarifas han disminuido constantemente un 27% desde finales de enero.

Sin embargo, no se observa una caída significativa en las tarifas de la ruta Transpacífico en este periodo (este año y el año pasado) o incluso desde el brote de COVID-19 en Shanghái, lo que apunta a que, pese las señales iniciales de que la demanda de los consumidores estaba comenzando a disminuir, se mantiene la fortaleza de la demanda subyacente de EE.UU., incluido el adelanto en parte de los volúmenes de temporada alta.

Perspectivas

Las expectativas son que Shanghái reabrirá a mediados de mayo como muy pronto (o en junio) generando un efecto rebota que provocará un aumento en los volúmenes oceánicos que sin duda aumentará la congestión, los retrasos y las tarifas marítimas.

“El envío se está interrumpiendo materialmente. En 2021, calculamos que se necesitarían alrededor de seis semanas para recuperar/volver a los flujos normales por cada semana de cierre. Dado que este cierre efectivo se encuentra en su tercera semana, podemos esperar tres meses o más antes de que los flujos se restablezcan a los niveles normales”, señaló a FreightWaves Michael Zimmerman, de la consultora Kearney.

No obstante, algunos especialistas, según FBX, son optimistas de que las interrupciones resultantes no serán tan extremas como las observadas en los últimos dos años. Los envíos desviados y la escasez de contenedores vacíos fueron factores importantes en la medida en que los bloqueos anteriores en China interrumpieron la logística. Pero con los puertos operativos en todo momento y la mayoría de los buques todavía recalando en el puerto de Shanghái, las importaciones necesarias para la fabricación y los contenedores vacíos necesarios para las exportaciones ya estarán disponibles, lo que podría acelerar la recuperación y mitigar algunos de los efectos colaterales.

Fuente: MundoMaritimo