Algunas zonas de Guangzhou, ciudad del sur de China, impusieron este miércoles restricciones por el Covid-19, uniéndose al centro tecnológico de Shenzhen en la lucha contra los brotes y alimentando la incertidumbre sobre el comercio y la vida cotidiana en dos de las metrópolis más dinámicas de la región.
Varias de las mayores ciudades de China han intensificado esta semana las restricciones por el Covid-19, reduciendo las actividades de decenas de millones de personas.
Las autoridades, que buscan equilibrar las necesidades económicas con el esfuerzo por contener todos los brotes, dijeron que las restricciones durarán solo unos días, aunque dos capitales de provincia del norte las ampliaron ligeramente.
La llamada política de "Covid cero dinámico" de China la convierte en un caso atípico, ya que otros países están eliminando de manera gradual las restricciones, a pesar del costo que supone para la segunda economía del mundo, que ya se enfrenta a un crecimiento más lento.
Capital Economics calcula que 41 ciudades, responsables del 32% del PIB chino, están lidiando con brotes, el mayor número desde abril.
"Por ahora, los trastornos resultantes parecen modestos, pero la amenaza de cierres perjudiciales es cada vez mayor", dijo Julian Evans-Pritchard, economista principal de China en la consultora. "E incluso si se evitan, esperamos que el crecimiento siga siendo escaso en el futuro".
Guangzhou, una ciudad de casi 19 millones de habitantes cercana a Hong Kong, informó de solo cinco infecciones de transmisión local para el martes, pero las autoridades ordenaron que algunas zonas de un distrito suspendieran el entretenimiento en interiores y las comidas en restaurantes hasta el sábado.
También se ordenó a la mayoría de alumnos del distrito que retrasen el regreso al semestre del otoño boreal y que detengan las sesiones físicas ya iniciadas, según los medios de comunicación estatales, mientras que también se redujeron los servicios de autobús y metro.
En Shenzhen, al menos cuatro distritos con unos 9 millones de residentes han ordenado el cierre de negocios de entretenimiento y culturales y han detenido o reducido las comidas en restaurantes durante unos días.
En un comunicado emitido a última hora de este miércoles, Shenzhen instó a los residentes a no salir sin razón. No especificó cómo vigilarán las autoridades el nuevo requisito, pero exigió al gobierno, a las autoridades del Partido Comunista y a las empresas estatales que se aseguren de que sus empleados no realizan viajes innecesarios fuera de la ciudad.
Fuente: El Economista