El ‘made in China’, de nuevo en jaque: ómicron paraliza el textil de la fábrica del mundoMás tensión en la supply chain. A la crisis en la cadena de suministro, con cuellos de botella en los puertos, los precios de la energía en máximos y los costes de los contenedores disparados, se suma ahora la amenaza de un nuevo cierre en China. El país ha detectado un brote de la nueva variante del Covid-19, ómicron, y su política de Covid Cero ha motivado que se decrete el cierre de varias fábricas de textil y confección. La provincia afectada es Zhejiang, polo industrial y exportador del país y que aloja el puerto de Ningbó, muy afectado por átascos en los últimos meses.

El descubrimiento de la variante en la ciudad de Tianjin sucede después de que miles de personas hayan tenido que confinarse debido a nuevos brotes de Covid-19 en el país. Uno de estos puntos es el delta del Yangtzé, un centro manufacturero vital para China. Ciudades como Hangzhou, Shaoxing y Ningbo, todas en la región de Zhejiang, al sur de Shanghái, han reportado al menos 200 nuevos casos esta semana, lo que ha desencadenado que se impongan restricciones de movimiento hasta marzo de 2022.

Ante esta situación, diversos fabricantes han suspendido su producción en la región. Los retrasos en la producción están agravando los atascos en los principales puertos de mercancías de la región, entre los que se encuentra el puerto de Ningbó, uno de los mayores puntos de transporte maritimo de China.

 

Xia Yanhong, dirigente de fábricas textiles en la ciudad, ha explicado a Financial Times que una de sus plantas ha tenido que cerrar por mandato de las autoridades, mientras que tres más están trabajando bajo un estricto control. El parón en las fábricas está generando que muchas empresas no puedan cumplir con sus plazos de entrega de productos.

El responsable en China de la entidad financiera australiana ANZ Research, ha asegurado a la agencia de noticas AFP que “el cierre de las fábricas de Zhenjiang impactará la cadena de abastecimiento de varios sectores, especialmente fibras y textiles”. La región también es uno de los principales polos de producción petroquímica del país y todas las empresas consideradas como “no esenciales” han tenido que cerrar sus puertas.

El experto apunta que el impacto será similar al ocurrido en septiembre y octubre, cuando el país tuvo que cerrar fábricas por escasez de electricidad y subida de costes de la energía. Entonces, se estima que el 44% de la actividad industrial del país se vio afectada por la escasez de energética, según datos de Goldman Sachs.

En el caso de la moda, la disrupción de China no afecta sólo a la confección en el país, sino también a la fabricación en otros polos que dependen del gigante asiático para la obtención de materias primas o tejidos: en 2020, China concentró el 31,6% de las exportaciones mundiales de ropa y el 43,5% de las textiles (una cuota extraordinariamente alta por la demanda de mascarillas).

La preparación de los Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebrarán en Pekín el próximo febrero, añade presión a la capacidad de producción del gigante asiático. Las autoridades chinas tenían pensando cerrar diversas fábricas en el país para cortar la contaminación y eliminar el smog para conseguir un cielo azul para la celebración del modelo.

Esta medida no afecta a todo el país, pero si a la provincia de Tangshan, la mayor productora de acero del mundo o la de Shanxi, el mayor productor de carbón del país, el principal combustible de China. Los analistas apuntan que, de aplicarse esta medida, reduciría el crecimiento económico de china y añadiría más presión a la cadena de suministro.

Fuente: MODAES